martes, 1 de febrero de 2011

Me llaman Agonía

Búscate en mi piel,
porque con el último suspiro que me diste
te perdí en el laberinto de mi cuerpo
No me acuses de no querer encontrarte
Porque cada vez que lloras
te siento
Te suspiro, te acaricio, te alimento
Te coloco en la cabeza una corona de rosas
Y te alejas, te deshaces,
Como la nube que se entrega a la caricia del cuervo
Como el ala de un cuervo, tu silencio,
en la blanca negrura tus voluntades
me asesinan,
Encuéntrate… porque yo no puedo
Mis suspiros me secaron la garganta,
Tu risa me estremece,
tu risa intraducible tiene forma de grito
Tus dientes filosos ya mastican la muerte
No te encuentro… suave, te pierdes, te multiplicas,
Ya no eres uno, somos uno
Somos uno inmultiplicables
Te reproduces
Te agonizo
Me desvanece tu aroma a noche y mariposas negras
Ya no soy yo, ahora soy tú, eres yo, ya no somos
No somos nadie
Somos aire suavísimo que se despedaza
Somos la carne prometida a la tierra
Somos el polvo que nunca fuimos
Ya me encontraste
¿Cómo te llamas?



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